Parte de esa riqueza y una de las características del español es que tiene términos polisémicos, es decir, palabras que tienen diferentes significados o acepciones.
Diferencias y similitudes entre abogado y letrado
Cuando la palabra letrado hace referencia a un abogado, no existe diferencia alguna, solo si el término letrado es utilizado en sentido despectivo, como es el caso de referirse a un abogado codicioso que se aprovecha de la ignorancia de su cliente, así como de las fallas y corrupción del sistema judicial.
En ese caso se estaría usando la palabra más bien con cierto sarcasmo, lo cual se haría notar, dependiendo del contexto.
Sin embargo, en el sentido estricto, la palabra letrado se refiere a una persona instruida y con estudios y formación en educación superior; mientras que abogado hace alusión a una persona que es licenciada en la facultad de Derecho.
Actualmente, la palabra letrado se utiliza para designar a un abogado; aunque, en algunos países el término se utiliza para los abogados móstoles que se dedican a la asistencia jurídica de la administración pública, como, por ejemplo, los letrados de las Comunidades Autónomas, los letrados de las oficinas de asesorías jurídicas públicas, instituciones educativas que dependen del Gobierno, Ministerios del Trabajo, de Administración de Bienes Públicos, entre otros.
Otros espacios reservados para los letrados son las Academias, conocidas como aquellos lugares conformados por personas que se destacan en las letras, las ciencias, las artes y que se dedican, como cuerpo colegiado, a las actividades propias de sus áreas.
Un poco de historia
Históricamente, la palabra letrado se utilizaba para hablar de un jurista y también para referirse a “una clase o grupo social emergente desde la Baja Edad Media (siglos XIV y XV), con estudios universitarios en derecho y que se vinculaba con los procesos burocráticos de la monarquía autoritaria”.
Los funcionarios, jueces o letrados, eran necesarios en el establecimiento de un nuevo derecho aunque con rasgos del derecho romano, a fin de que aplicaran las leyes y prerrogativas a través de sentencias que fueran iguales para casos similares.
Es decir, los letrados eran los encargados de simplificar las leyes y su aplicación con nuevos preceptos, sobre la base del derecho romano, con la intención, al mismo tiempo, de ocupar algunos cargos que anteriormente ocupaba la nobleza.
Debido a sus conocimientos en leyes, los letrados redactaban leyes, asesoraban, preparaban sentencias, hacían seguimiento de los procedimientos judiciales y velaban por encaminar la ley hacia un concepto universal.
Además, los letrados tuvieron un papel relevante en la conformación de los Estados de la era moderna de Europa Occidental en el Antiguo Régimen.
Letrado, abogado y doctor
Existen similitudes entre las palabras letrado y abogado, pero, también existe la costumbre, en algunos países, de llamar a los abogados “doctores”, cosa que no les molesta a los que ejercen el derecho sin una formación más allá de los cuatro o cinco años de pregrado; pero sí a quienes han estudiado y han alcanzado el más alto grado de una carrera de formación, como es el Doctorado o el PhD.
Letrado o abogado, todos deben ser estudiosos
En estos tiempos, ambos tienen que poseer un título universitario, bien sea en derecho o en cualquier otra carrera, y, además, tener profundidad en sus conocimientos, pues el ejercicio de la profesión exige calidad, efectividad, y especialmente, resultados satisfactorios.
Existen otras formas de definir a un letrado, como, por ejemplo, aquellos que administran la justicia, dirigen y llevan adelante una oficina judicial y ejercen, entre otras actividades, la jefatura del personal.
Esto incluye la dirección, supervisión y organización del trabajo, al tiempo que deben responder por el funcionamiento adecuado de la oficina, elaboran indicadores, no solo de gestión, sino de la causa de la demanda de casos, lo que servirá para proponer estrategias y campañas de información, y llevan todos esos datos a las instancias competentes.
Dentro de la administración de justicia, los letrados son funcionarios públicos adscritos a los ministerios de justicia o equivalentes, promueven la confianza del sistema judicial dentro de la sociedad y desarrollan funciones de coordinación en las oficinas respectivas.
Aunque también, un letrado puede estar instruido en química, por ejemplo, y ser un especialista en música, literatura o cualquier otra arte, porque ha cultivado la lectura y el estudio de una o varias de estas.
Un letrado, según la Gramática de la Real Academia de la Lengua (Gral), también es un “abogado, asesor jurídico o jurista de una institución pública encargado de estudiar y preparar sus dictámenes o resoluciones”.
En varios diccionarios y sitios especializados en el tema del Derecho y la abogacía, hacen referencia a la palabra letrado como aquella que designa a una persona ilustrada y erudita. “Aunque, actualmente, se acostumbra llamarse letrado al licenciado en derecho, es decir, al abogado”.
Todos los abogados son letrados, pero no todos los letrados son abogados
Pareciera un juego de palabras o un galimatías, pero la verdad es que tiene su significado, pues si bien la palabra letrado se puede usar para referirse a un abogado, y no hay dudas al respecto, también puede usarse la palabra letrado para referirse a cualquier persona con una formación sólida en cualquier otro campo del conocimiento, como se mencionó anteriormente.
Así, puede haber letrados en historia, en matemáticas, en literatura, en geografía o en cualquier otra área; mientras que al hablar de un abogado, solo se estará haciendo referencia al especialista en Derecho, que conoce las leyes, administra, defiende y actúa conforme se lo otorga la ley.
Un letrado es aquel que conoce las leyes y en casi todos los países, el letrado debe estar inscrito o formar parte de un colegio de abogados, con lo cual estará facultado y habilitado por parte del Estado para hacer ejercicio de su profesión.
Por ejemplo, en un caso de despido injustificado de una persona y que la empresa o el patrono se niegue a pagarle su indemnización, esta puede acudir a un letrado o abogado para que lo asista en el reclamo de sus derechos; el letrado asume el caso, representa a la persona y comienza la defensa ante instancias judiciales, con el propósito de que a su defendido le reconozcan sus reclamos y logre cobrar lo que por ley le pertenece.
¿Letrado y abogado entonces son sinónimos?
Cuando revisamos la literatura acerca de ambos términos, letrado y abogado, específicamente en sitios especialistas en Derecho, nos damos cuenta de que las dos palabras son sinónimos; pues estas se refieren a aquel profesional de las leyes encargado de defender los derechos, deberes y obligaciones de las personas naturales y jurídicas ante las instancias que administren justicia, llámense tribunales, juzgados o magistraturas.
En la práctica, el término más usado es el de abogados en las rozas, debido a que se refiere con mayor precisión a quien ejerce el Derecho; mientras que si se habla de letrado, pudiera o no estarse hablando de un abogado, o hacer referencia a un ingeniero, filósofo, historiador, o a cualquier polímata, es decir, a una persona que sabe sobre una cantidad de temas variados y con profundidad.
Así mismo, la palabra letrado, usada para referirse a un profesional del Derecho, encierra cierto grado de solemnidad, y suele usarse más en los espacios donde se guarda un protocolo especial donde el letrado, en este caso abogado, ejerce su profesión.
Por otra parte, la palabra abogado da una sensación de cercanía y confianza con el profesional que lleva un caso; mientras que letrado marca una distancia, por contener una importancia que supera la necesaria.
Se trata de que aun cuando puedan usarse ambas palabras para referirse a quien represente a otro en un juicio, existe una diferencia de facto que encierra otros elementos, como confianza, cercanía, lugares y espacios, y hasta la intervención de testigos.
Es correcto lo que se ha hecho costumbre
Hay quienes recomiendan, justamente, que en cualquier contexto se utilice la palabra abogado, y reservar la palabra letrado para usarse en un procedimiento procesal determinado, debido a que denota cierta formalidad.
Existen despachos en los que el trato entre colegas es de abogado, mientras que muy poco se emplea el término letrado, todo es cuestión de costumbre.
Otro aspecto a considerar es que el abogado es un miembro de un cuerpo colegiado que lo agrupa en un “Colegio de Abogados Madrid”, y que se trata de una organización, entidad o institución de naturaleza gremial en el que se congregan los abogados, para considerar todo lo relativo al ejercicio de su profesión.
Sin embargo, más allá de que la utilización de ambos términos desate toda una disertación, realmente no debería ser un tema que despierte inquietud o que sea motivo de discusiones, pues las dos palabras: abogado y letrado, pueden utilizarse en cualquier contexto, y siempre será correcta su utilización, tendrán el mismo significado, especialmente si estamos en los tribunales, en un juzgado o en una audiencia específica.
El tiempo será el encargado de que las palabras letrado o abogado se sigan usando; las nuevas generaciones de abogados serán quienes marquen la tendencia en cuanto a la utilización de los términos, tomando en cuenta el significado de cada una, lo que sea necesario aplicar en determinado momento, así como lo que reciban como instrucción en las facultades de Derecho.